I
Todos saben que jamás
murmuré una oración.
Todos saben también
que jamás traté de
disimular mis defectos.
Ignoro si existen una
Justicia y una Misericordia.
Si las hay, estoy en paz,
porque siempre fui sincero.
II
¿Qué vale más?
¿Examinar nuestra conciencia
sentados en una taberna o
prosternarnos en una mezquita
con el alma ausente?
No me preocupa saber
si tenemos un Dios ni el
destino que me reserva.
sábado, 16 de agosto de 2008
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